26 de marzo de 2009

¡Apriétense los cinturones!

La crisis económica golpea al mundo entero y,como no podía ser menos, al mundo del fútbol. El presidente del Villarreal Fernando Roig ha conseguido que el año que viene los abonados del Villarreal en el paro no paguen un solo euro para ver al segundo submarino amarillo(el primero siempre será el Cádiz). Una generosa propuesta.
A pilotos como Fernando Alonso se les ha pedido que se bajen el sueldo y lo han hecho sin quejarse demasiado y Platini estudia limitar los sueldos de los futbolistas.



Fernando Alonso al enterarse de su bajada de sueldo.



La crisis también ha golpeado el mercado de fichajes,al margen de los equipos manejados por el petrodolar, el resto de equipos deben hacer una tarea más selectiva y austera a la hora de fichar jugadores.
Ejemplos como el del Málaga nos hacen ver que sólo hace falta saber un poco de fútbol para fichar bueno,bonito y barato. El precio de los jugadores no para de crecer aún en épocas de crisis y por los grandes jugadores se han de pagar cantidades astronómicas.Kaká y Cristiano "valen" más de cien millones,Ibrahimovic y Benzema unos ochenta, y mejor dejamos a Messi porque creo que los dígitos no cabrían en la pantalla.
La conclusión que uno saca de esto es: Si Benzema(21 años) cuesta 80 millones habiendo metido 12 goles en la liga francesa y Hoarau(24 años) cuesta unos 10 habiendo metido 15...¿a quién debemos fichar? Está claro que Benzema tiene madera de crack: es rápido,joven,buen regateador,fuerte fisicamente... mientras que Hoarau es algo mayor,es muy alto(1'92) y es muy rápido(extraña combinación).






Equipos como el Real Madrid o el United pueden permitirse fichar a Benzema. Sin embargo, el verdadero mérito de un director deportivo no es fichar a un jugador contrastado que cualquier aficionado al fútbol sabe que es bueno. El verdadero mérito está en otear el mercado, comparar precios y prestaciones y,por último, tener la valentía necesaria para realizar un fichaje que no va a recibir el visto bueno de la afición que,al no conocerlo,no lo considerará un buen fichaje.

25 de marzo de 2009

Lev Yashin, "La araña negra"


Cada domingo, Lev Yashin se revuelve en su tumba, preguntándose por qué los porteros modernos no salen de su área pequeña, haciendo poco para la belleza y grandeza de un papel que él dignificó.
Nacido en 1929, y fallecido en 1990, no conoció otro club que el Dinamo de Moscú (1949-1971), donde fue primero portero y campeón de hockey sobre hielo (lo que desarrolló sus extraordinarios reflejos), antes de ser el portero más grande de la historia del fútbol.
La "araña negra" enseñó el camino al guardameta moderno, anticipando y saliendo de su área pequeña porque había entendido que, con las manos, podía hacerse maestro de todo el área grande. Una idea pionera, y una lección magistral de más de 20 años, que no sirvió...

Lev Yashin, caballero al estilo inolvidable, elegante en su juego, fair-play, bien vestido de negro, ganó muchísimos títulos y premios. Campeón del Campeonato Ruso, que en aquellos momentos era fuerte debido al gran numero de equipos que aunaba la URSS, y a que todavía no había una separación económica de los grandes clubes (hasta los 28 años, los jugadores no podian salir de la URSS) en los años 54, 55, 57, 59 y 63, de la Copa Rusa (53, 67 y 70), fue 78 veces internacional ruso, participó en 3 mundiales (58, 62 y 66), además del 70, como tercer portero a sus 41 años.
Campeón olímpico en 1956, su actuación fue una vez más capital cuatro años más tarde para conquistar el primer Campeonato de Europa de Naciones (la antigua Eurocopa), en 1960. Fue elegido mejor portero de los Mundiales 58, 62 y 66, de las Eurocopas 60 y 64 y de las Olimpiadas 56, 60 y 64.

En 1963, recibió el Balón de Oro al mejor jugador de fútbol de Europa. Nunca antes, ni después, un guardameta se hizo con el más prestigioso y más antiguo premio individual del fútbol universal. Ese mismo año, defiendió la portería de la Selección Mundial contra Inglaterra en el centenario de la Football Association (la Federación Inglesa de fútbol). En el campo, estaban Djalma Santos, Popluhar, Schnellinger, Masopust, Kopa, Law, Di Stéfano, Eusebio, Gento, Seeler, Puskas... Una selección mundial irrepetible... Y bajo palos Yashin, cómo no, hizo un partido irrepetible ante tanto talento ofensivo.

Su gran envergadura no le impidió lucir agilidad y flexibilidad. Todo lo contrario, adornaba naturalmente de elegancia sus gestos. Yashin ofrecía así un espectáculo único y sobrio para los puristas de un oficio que nadie honró con tanta brillantez y sencillez a la vez. No rechazaba los terribles disparos de sus contemporáneos, Di Stefano, Pelé, Puskas o Eusebio, sino que los bloqueaba, y le gustaba lanzar el contraataque con la mano, además de dominar el juego aéreo con facilidad y elegancia.

La historia dice que paró 150 penalties. No dudemos de un hecho al alcance de la mano más segura del mejor portero que haya visto el planeta fútbol. Yashin contó alguna vez uno de sus secretos: tomaba una copa de vodka para entonarse antes de jugar. En su adiós, en 1971, la élite, Pelé, Eusébio, Beckenbauer, etc... le honró su presencia en uno de los últimos grandes encuentros de la historia, un Rusia - Selección Mundial, en Moscú ante 100.000 espectadores. El pueblo lo eligió el mejor deportista ruso del siglo y la FIFA, el mejor portero de los Mundiales.
Pero el regalo más bonito, es Yashin que lo ofreció al fútbol: fue un revolucionario que dio al portero el placer de participar en el juego, como último defensa... y primer atacante. En vano. Los porteros ya no salen a jugar.

24 de marzo de 2009

El Petro-Dólar inunda el fútbol

Que el fútbol hoy en día es más un comercio que un deporte nadie lo pone en duda,de hecho la FIFA parece más una empresa que un organismo regulador de este deporte,que es lo que debería ser. Futbolistas que cobran diez millones de euros al año,primas,...Los aficionados a este deporte nos hemos acostumbrado a esto,por eso no quiero no es mi intención criticar esto en este artículo(cosa que podría hacer) si no alarmar de la degeneración actualmente ya que cada vez son menos los jugadores que sienten mas cariño a los colores de su club que a esos papelitos con los que se compran cosas,y personas.


El caso del Manchester City es el más llamativo,un equipo que suele acabar en posiciones cercanas a la UEFA fue comprado por un grupo de jeques árabes enriquecidos por el petróleo y por la guerra. Compraron el equipo con la promesa de una inversión de cientos de millones de euros que hicieron soñar a los aficionados con ver a grandes estrellas del panorama europeo vestir la camiseta de su modesto equipo.Se comentaba en todos los medios que ficharían a CR7,Messi,Villa...castillos en el aire.Los jugadores ya reciben grandes sueldos en sus respectivos equipos y a veces hay algo que puede con el dinero,perspectivas profesionales.No es lo mismo jugar la Champions(y ganarla) con el United que jugar la UEFA (y perderla) con el City.Aún así la inversión ha sido notable y el City se ha convertido en un equipo con una plantilla potente,aunque de nivel medio, ya que el único jugador de este equipo que podría jugar en un grande es Robinho.El City está ahora el décimo en la clasificación de la Premier.Por su parte el Newcastle,otro equipo comprado por jeques árabes y acostumbrado a grandes inversiones en materia de fichajes, se ha visto abocado al fracaso con la crisis,al no existir un proyecto aparte de gastar dinero a mansalva el equipo se ha venido abajo y ahora lucha por no descender.



Estos dos casos deberían haber servido de lección a los aficionados de equipos pequeños españoles,sin embargo parece que no es así. Se respira un cierto aire de optimismo en el Betis a raíz de la noticia de que el Emir Humaid Bin Rashid Al Nuaimi está dispuesto a comprar el paquete de acciones en poder de Lopera(con valor de unos 90 millones) y gastarse unos 500 millones de euros en fichajes.Obviamente esto despierta la ilusión de cualquiera pero solo hace falta echar la vista atrás para ver que este sistema no siempre funciona.Lopera ha realizado este año un gran esfuerzo económico para reforzar el equipo,ha creado una plantilla de nivel UEFA y se ha gastado 36 millones de euros.Aún así su juego solo convenció en la primera vuelta y,ya sea culpa del entrenador o de los jugadores,los resultados obtenidos en este segunda vuelta son alarmantes.Por su parte un equipo recién ascendido como el Málaga ha confiado en la misma plantilla con la que militó en segunda con el añadido de algunos jugadores de otros equipos, aparentemente "acabados" como Luque y con un entrenador modesto y trabajador como es Tapia.El Málaga está octavo empatado a puntos con los equipos que ocupan la UEFA y a cinco puntos de la Champions.El Betis está el cuarto por la cola, a un punto del descenso.Júzguen ustedes mismos.


22 de marzo de 2009

Enzo Francescoli, "El Príncipe"


Nació en noviembre del 61 en Montevideo (Uruguay). A los 14 años, luego de probar (sin suerte) en los clubes Peñarol y River Plate de Uruguay, fue fichado por el Wanderers, donde debutó en marzo de 1980, y casi dos años después cruzó el Río de la Plata para recalar en River Plate, donde comenzaría otra historia.


Tras ganar el Campeonato Sudamericano Juvenil de 1981, los dirigentes "millonarios", bucando un reemplazo para Norberto Alonso, lo contrataron (no sin días y días de negociciones), y a los 21 años de edad debutó contra Ferrocarril Oeste, de la primera división del fútbol argentino, convirtiendo su primer gol de penalti.

En las temporadas 1984 y 1986, Francescoli explotó y, bajo las órdenes del técnico Héctor Veira, se coronó campeón y máximo goleador del Campeonato Argentino por dos veces. En reconocimiento a su gran rendimiento, ganó el Balón de Oro al mejor jugador del campeonato argentino. Y en 1986, participó en el Mundial de México del 86 con la selección uruguaya.
Una vez pasado el Mundial, se incorporó al Racing Matra de París, donde jugó tres años, consiguiendo en 1988 el premio al mejor jugador extranjero en la Liga Francesa. Un año antes de recibir tal distinción, se consagró con Urugua gracias a la victoria en la Copa América de 1987.
En 1989 pasó al Olympique de Marsella, equipo con el que ganó el la liga francesa (uno de sus admiradores mientras era jugador del Olympique era Zinedine Zidane, quien luego llamaría Enzo a uno de sus hijos). Coincidió con la maravillosa terna de jugadores de la época del Olympique de Marsella que más tarde sería campeona de Europa en el 93, como Boli, Papin, Waddle...

Después del Mundial de 1990, a los 28 años de edad, cumplió uno de sus mayores deseos, jugar en la Liga Italiana, vistiendo el uniforme del Cagliari. Bajo su liderazgo no sólo se salvó del descenso, sino que en la temporada siguiente clasificó para la Copa de la Uefa. Estuvo hasta 1993, cuando fue cedido al Torino. Un año después comenzó la segunda parte de su historia, al regresar al club que tanto lo idolatró: el River Plate de Argentina.

Ese año participó en la Copa América de Uruguay del 95, consiguiendo proclamarse campeón al vencer a Brasil 2-1 en la final. Era su tercera Copa América con el equipo nacional, tras las de 1983 y 1987.

En tanto, con River Plate ganó la Copa Libertadores de América y el Torneo Apertura en 1996. Un año después, siguió la senda de éxitos consiguiendo los campeonatos Clausura y Apertura, mientras que en 1997 ganó los torneos Clausura, Apertura y la Supercopa.

En agosto de 1999, tras perder en 1996 con River la final de la Copa Intercontinental contra la Juventus de Italia 1-0 y no poder clasificarse con Uruguay para el Mundial de Francia 98, Francescoli se retiró del fútbol activo en un partido homenaje organizado en el estadio Monumental de River.

Así dijo adiós el delantero uruguayo de tronco largo, Un guapo del área que, sin ser arrebatador, supo convertirse en conductor y goleador de equipos no tan conocidos. Querido por la afición y respetado por sus compañeros, Francescoli fue el máximo goleador extranjero en la historia de River Plate y el tercer máximo goleador extranjero en la historia del fútbol argentino.

Con la selección uruguaya jugó 73 partidos y marcó 17 goles convirtiendo en total en los distintos equipos que jugó 198 tantos, obteniendo ocho títulos con River Plate, uno con el Olympique de Marsella y cuatro con la selección de Uruguay.

Su capacidad de definción (jugaba de segundo punta), la espectacularidad en el remate tanto de piee como de cabeza y un espléndido regate fueron sus principales cualidades, que le valieron para ser el único uruguayo en el FIFA 100